Pripiat es una ciudad fantasma situada en la zona de exclusión al norte de Ucrania en la región de Kiev.
Esta ciudad es conocida porque sufrió el peor accidente de la historia de la energía nuclear el 26 de abril de 1986.
Fundada en 1970 para dar hogar a los trabajadores de la Central Nuclear de Chenóbil y a sus familias. Debido a su clima relativamente templado, a un suelo muy fértil y a los sueldos por encima de la media nacional que se pagaban, muchos ucranianos comenzaron a llegar a la ciudad. La ciudad comenzó a desarrollarse y en sólo 16 años creció hasta tener más de 40.000 habitantes.
Aunque la central nuclear se encontraba a unos 900 metros de la ciudad, ninguno de sus habitantes era consciente del terrible futuro que les esperaba.
Incluso la ciudad tenía una zona cercana a la central donde los empleados solían relajarse y acudían con sus familias a hacer picnics.
A esta ciudad durante su época de gloria, en la Unión Soviética se la conoció como la ciudad del futuro.
Su futuro se trunco ese sábado 26 de Abril de 1986, cuando los responsables de la central decidieron hacer un simulacro de emergencia en el reactor número 4. Esta claro que algo salió mal. El reactor experimento una subida de potencia extremadamente rápida. La explosión causada por una nube de hidrógeno dentro del núcleo hizo volar el techo de 100 toneladas. Se produjo un gran incendio y una gigantesca emisión de productos de fisión a la atmósfera.
Los habitantes de la ciudad no le dieron importancia al ruido provocado por la explosión. En realidad muchos pensaron que era un trueno provocado por alguna tormenta y fueron a dormir sin saber que la muerte silenciosa se escurría en forma de radiación por la ventana abierta al cielo que había provocado la explosión.
El domingo 27, a las 10 de la mañana anunciaron a la población que sería evacuada. Les dijeron que se llevaran lo necesario para 3 días y que no olvidaran la documentación. Desde la mayor plaza de Pripiat, 1.500 autobuses trasladaron a los 50.000 habitantes fuera de la ciudad en un viaje sin retorno.
En 36 horas, los habitantes de Pripiat fueron evacuados. Dejaron sus vidas atrás, se fueron con lo puesto; soló se les permitió llevar papeles, libros y ropa que no hubieran sido expuestos a la radiación.
Y la ciudad quedó vacía.
Los centros comerciales están vacios. Con los carritos de compra esperando inutilmente a volver ser útiles. Nadie volverá a llenarlos de comida.
Los barcos esperan en las orillas del río. Esa espera es inutil pues no volveran a surcar sus aguas. El óxido se adueñara de ellos.
La noria abandonada se yergue todavía en la lejanía.
Los niños que esperaban con ilusión su inauguración, ya no volverán nunca más.
El parque de atracciones parece sacado de una película futurista.
¿Cuando la vida se extinga sobre la tierra será este el futuro de nuestras ciudades?
Es espeluznante ver los cientos de libros de la Biblioteca abandonados en el suelo. Nunca más volverán a ser leídos.
Muchos de los apartamentos y edificios oficiales han sido saqueados. Nada de valor ha quedado atrás. Muchos de los edificios han sido víctima del vandalismo a lo largo de los años.
Sin ningún tipo de mantenimiento, las goteras aparecen en estos edificios.
No es difícil encontrar árboles creciendo en los tejados e incluso dentro de los edificios.
Este deterioro empeora el estado de los edificios y algunos se derumban como un colégio de 4 plantas en julio de 2005.
Las zonas deportivas estan completamente abandonadas.
Algunos objetos personales, juguetes, ropas, etc, aun permanecen donde sus antiguos dueños los dejaron el día que salieron corriendo de este lugar.
Uno de los cafes más famosos de la ciudad aún mantiene intactas algunas de sus vidrieras.
Los papeles son los únicos testigos de muchas de las oficinas de la ciudad.
La radiactividad no sabe de poderío militar.
La ciudad quedó totalmente suspendida en el tiempo. Prueba de ello es que aún se encuentran símbolos comunistas a lo largo de la ciudad.
Aún se pueden encontrar los carteles que iban a ser sacados el 1 de Mayo.
La ciudad es ahora un museo de la era soviética tardía.
Se estima que la zona no será habitable hasta dentro de 24.000 años.
No obstante, hoy en día es posible visitarla con algunos permisos especiales. Es recomendable llevar un dispositivo de detección de radiactividad que nos alerte en las bolsas donde se acumula mucha radiación. Tambien es conveniente no quedarse de noche.
Quienes han visitado esta ciudad, dicen que lo mas espantoso de todo es el silencio, que acaba por volverse ensordecedor.
Algo tremendamente inquietante habitará Pripiat durante muchos siglos: la muerte silenciosa.
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